Cerocahui, poblado en el Estado de Chihuahua, México. Foto: OmniaNoticias

En el acabose brilla la luz de un nuevo inicio

Los padres Javier Campos y Joaquín Mora fueron asesinados al intentar proteger a un hombre que había entrado en el templo buscando refugio de quien lo perseguía, en Cerocahui, Chihuahua ¿Cuál es el punto de reinicio?
Giampiero Aquila

21 de junio, Querétaro, Qro.

Cuando leímos las noticias una vez más se nos vino a la mente que este es el acabose, un punto de no retorno, sin remedio, una desesperación.

Es un hecho que clama justicia y que pide una respuesta de parte de las autoridades para que sus cuerpos sean devueltos, para que la comunidad de Cerocahui sea protegida y que se vea en nuestro martirizado país un cambio de ruta que indique un compromiso de parte de quien tiene la responsabilidad de gobernarlo.

Sin embargo, es evidente que no bastarán las necesarias medidas de seguridad a frenar la ola de odio y de muerte que cierne nuestras jornadas, es evidente que hay un viento que alimenta una ola en contra de la vida y del bien, ante el cual tenemos que preguntarnos cuál es el punto de reinicio, sobre qué volver a construir una paz que parece imposible.

La muerte del padre Javier y la muerte del padre Joaquín muestran un camino luminoso que no queremos que se oculte: ¡ellos no fueron asesinados; ellos dieron la vida!

La dieron dando su sí a la vocación en el carisma de San Ignacio, la dieron dando su vida en tierra de misión y la volvieron a dar para dar amparo a quien lo buscaba a costa de su vida.

Ante la injusticia y el odio que tejen nuestra jornada junto con el justo reclamo nos viene a la mente el testamento de Jesús “No hay amor más grande como dar la vida por los amigos” (Jn. 15, 13) esta es nuestra responsabilidad y esta es la obra que estamos llamados a construir.

Queremos mirar al testimonio que es martirio de quien da su vida por la obra de Otro.