Nuestra revista

Litterae Communionis n.2, marzo-abril 2024

Qué queda de lo humano
En el Primer plano: qué queda de lo humano ante la IA; en la sección Nuestra Tierra: el testimonio del p. José Miguel en la convivencia para agradecer su compañía por más de 25 años. En Rutas: nuestro amigo Carras
La Inteligencia Artificial está en el centro del mundo, protagonizando debates de todo tipo y en todos los ámbitos. Incluso está entre las prioridades del Papa, que le ha dedicado su Mensaje por la paz de este año, planteando ciertas preguntas urgentes por el impacto que tiene: tanto en la dignidad de la persona como en las dinámicas internacionales, llegando a entrar en el sector armamentista. Mientras se discute la necesidad de una regulación global, las “máquinas inteligentes” ya se han puesto en marcha con una potencia que ha sorprendido y hasta asustado incluso a sus promotores. Son herramientas que provocan entusiasmo y temor justamente porque no se conciben como meras herramientas. Reproducen o imitan las capacidades cognitivas humanas y (adiestradas) generan contenidos, dan respuestas aunque no hacen preguntas, amenazan a lo auténtico con lo verosímil, mediante las llamadas “alucinaciones”, que pueden ser plausibles pero no necesariamente ciertas.

Nuestro Primer Plano está dedicado a esta palabra de moda en medio de un progreso imparable para ofrecer ciertas perspectivas que se abren paso entre preguntas radicales que suscitan inevitablemente sobre el significado del conocimiento, sobre nuestra relación con la realidad y con la verdad. Hemos preguntado a varios interlocutores cómo desafía la IA a nuestra concepción de la vida, qué es lo que desvela del ser humano; ese «ser unitario e irreductible», tal como lo define el psicoanalista Miguel Benasayag. Cuando le preguntamos “¿qué queda de lo humano?”, que parece haber quedado relegado a algoritmos y mecanismos, él responde que «queda todo». No solo se trata de afirmarlo. Es decisivo ver que ante la IA el ser humano no se pierde a sí mismo si está presente con todo su ser. De hecho, eso es lo que se pide. Lo interesante es que la clave de todo esto pasa por profundizar cada vez más en la naturaleza del único sujeto auténtico. Solo así el hombre podrá programar y utilizar estas herramientas por su formidable valor, y hacerlo con responsabilidad, amando la verdad, sin manipular y sin dejarse manipular. Aceptar el reto y no huir de la provocación inédita que supone esta revolución hará emerger los factores constitutivos de nuestra vida con más fuerza.

En la sección En nuestra Tierra, por otro lado, compartimos dos bellos testimonios de continuidad de la vida de sentido. El primero de ellos, el testimonio del padre José Miguel García, que ha sido vísitor de la comunidad de México durante más de 25 años. Seguido de ello, testimonios de lo vivido en los Ejercicios Espirituales del CLU en nuestro país. También se encuentra en la sección una entrevista que hemos pedido a Rodrigo Guerra, actual Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, así las columnas ya habituales de Tonantzin Guadalupe y Vestigios.

Finalmente, en Rutas recordamos a nuestro querido Carras, quien falleció el pasado 9 de enero después de una vida que entregó sin reservas junto a su mujer para dar a conocer al mundo entero el entusiasmo que vivía siguiendo el carisma que le fascinó tras conocer a don Giussani, de cuya muerte se cumplen 19 años. Por ello publicamos una intervención inédita que recoge la cuarta entrega del podcast El sentido religioso, donde dice: «Si estoy comprometido con mi experiencia, si miro mi sujeto en acción en el presente, emergen dos tipos de factores irreductibles el uno del otro. El gran filósofo Jaspers decía: “Todas las casualidades empíricas y los procesos biológicos de desarrollo resultan aplicables a cierto sustrato del hombre que llamamos material, pero no al hombre mismo. En el hombre hay algo que excede a todo eso».


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