Una vez más, el sí gratuito de varios amigos permitió construir este espacio de encuentro y amistad. Los testimonios avivaron un punto de conexión humana ante la pregunta: ¿es posible hoy ser protagonistas de la historia, en una época en la que nos sentimos desarmados?, e hicieron vibrar de nuevo nuestro deseo de felicidad, tantas veces acallado por el desánimo o el cansancio.

Una mirada positiva sobre la realidad

El viernes por la noche se proyectó el documental Sin manual, el ingenio mexicano merece un museo. Este, presenta el desafío que supuso la construcción del Museo Internacional del Barroco en Puebla, obra arquitectónica diseñada por Toyo Ito, uno de los arquitectos más reconocidos del mundo. Por problemas de licitación y de índole política, la obra tuvo que realizarse en 9 meses y no en 18, como originalmente estaba previsto. Esto sometió a un gran estrés a todos los implicados: arquitectos, albañiles, ingenieros: frente al desafío del tiempo -que exigió trabajo de día y de noche, bajo el sol y la lluvia- y a presiones políticas y económicas, el documental muestra una perspectiva positiva del trabajo humano en cualquier circunstancia, por dura que sea.

Ante una pregunta del público dirigida a Francisco González Peña –productor y director del rodaje, y quien estuvo presente durante proyección– sobre qué le llevó a tener una mirada positiva en un escenario así, afirmó: “Fue una decisión. Podríamos haber contado varias historias, pero decidimos no poner al centro temas de corrupción o de narcos –que es lo que principalmente nos proponen los medios–, porque si seguimos consumiendo eso, terminaremos creyendo que solo somos eso, y es falso, somos mucho más”.

Al final, Francisco expresó: “me siento agradecido de estar aquí, hay algo distinto en este público, no es experto, son gente de a pie. Hoy, pocos quieren invertir su tiempo libre en algo que no es individual o de entretenimiento fácil. Este encuentro es contracultural y hasta revolucionario”.

Rafael Barona, arquitecto y responsable último de la construcción, compartió que Encuentro México le pareció una propuesta muy positiva: “es como la producción de células positivas dentro de un tejido podrido; y hoy es difícil encontrar algo así”. Francisco Barona, ingeniero también responsable de esta obra dijo: “Los problemas que nos agobian nos hacen olvidarnos de las cosas profundas a las que hay que poner atención, como el por qué vivimos; es una riqueza encontrar lugares como este, en el que promueven la experiencia de fe que ustedes viven”.

La buena política

La mesa sobre política, titulada “Una presencia viva que genera historia” despertó gran inquietud: las preguntas del público se desbordaban luego de los testimonios de Carlos Castillo y Rodrigo Abascal, ambos hijos de políticos reconocidos por su genuino amor a la verdad y a la justicia, a la buena política, la del bien común.

“Lo que me anima es el tamaño del problema que enfrentamos”, dijo Carlos ante la pregunta de por dónde recomenzar. El bien común y la persona son los únicos pilares de los cuales se puede reconstruir la sociedad.

Rodrigo también abordó el tema en primera persona, y subrayó que “polarizar posturas nos impide construir juntos. Es necesario abrirnos a una reconciliación para generar un auténtico bien común”.

Pasión por lo humano

En el panel “Conmovidos por el corazón del otro”, los participantes testimoniaron qué los mueve: su pasión por lo humano. Lucía Mijares, creadora del Programa Jugamos todos, de la Federación Mexicana de Fútbol, narró cómo, desde niña aprendió en su casa lo correspondiente que es implicarse en lo concreto de la vida. Este gusto la llevó emprender un proyecto deportivo a nivel nacional para el desarrollo físico de los niños en sus escuelas, “los niños en México son cada vez más sedentarios a causa de condiciones socioculturales y debido a la inseguridad”.

Guadalupe Mariscal y Torroella, Fundadora de Vida y Familia (Vifac) y madre de 4 hijos adoptados, compartió el recorrido jurídico que ha hecho para generar marcos legales en México que permitan la adopción de niños, y la acogida a madres solteras que, sin esta ayuda, podrían optar por el aborto ante un embarazo no deseado.

José Manuel Loera, de Desarrollo Integral de la Juventud Oaxaqueña (Crecemos-DIJO), testimonió cómo esta obra le ha permitido madurar en su deseo de felicidad y acompañar a otros -niños y jóvenes- a que crezcan también en este deseo.

El trabajo: la aventura de construirse

En el diálogo sobre el trabajo: “Construir la empresa como aventura de construirse”, Andrea Pineda y Andrés Bailón testimoniaron cómo la empresa es un ámbito de humanidad en donde conviven los límites y el deseo; el encuentro con otros, en su belleza y problemas; la lucha entre la eficiencia, el éxito y el sentido.

“Mi empresa –compartió Andrés- al inicio fue una experiencia de ingenuidad y deseo”, pero el embate del tiempo abrió la herida: ¿qué puede mantener este frescor? Una experiencia le obligó ir al fondo: ganó una licitación con un pago muy superior al cotizado, solo debía emitir una factura falsa. “La pregunta estaba más viva que nunca: yo ¿por qué trabajo? Cuando volví a casa, mi hija Jolie me pidió que le ayudar a abrochar sus agujetas ¿Cómo iba a poder mirar de nuevo a la cara a mis hijos, educarlos, si yo renunciaba a mi deseo original? Me puse de rodillas, y decidí. Al volver a trabajar al día siguiente llevaba conmigo la experiencia de una inigualable libertad”.

Tata Vasco: un realista con ideales

En la mesa de historia, el personaje protagonista fue Vasco de Quiroga, de quien se preparó una bella muestra sobre su vida. Para hablar de él, estuvieron tres expertos en el tema: Manuel Ceballos, María Luisa Aspe y Mauricio Beuchot. Don Vasco fue un hombre comprometido con su tiempo. Abogado llamado a obispo –el primero de Michoacán–, constructor de pueblos y hospitales, reconciliador, educador y pastor. Un hombre del que aún tenemos mucho que aprender.

Brotes de una vida nueva que manifiestan la posibilidad de construir una sociedad distinta, y testimonian que una humanidad despierta es la clave de para crear historia.