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México. La esperanza que se mantiene en Otro

Ricardo, de la comunidad de Puebla, ha tenido que cerrar su negocio debido a la pandemia. Él testimonia cómo la fragilidad de su esperanza es sostenida por Dios, a través de amigos que han aprendido a mirar la realidad con positividad.

En algunas conversaciones con mi esposa, en sus palabras se refleja la desesperación y la impotencia por no ver una solución a nuestros problemas económicos para mantener a la familia y ver cómo nuestras deudas crecen. Esa sensación se contagia, y me genera gran conflicto. Así yo también, con ese sentido de impotencia o falta de confianza, le transmito inseguridad. No basta con decir "algo saldrá, no te preocupes".

Gracias a Dios, la conversación con algunos amigos me ha ayudado a recobrar la esperanza al darme cuenta que, al hablar con ellos, partimos de lo que hay, no de lo que no hay... es decir, podemos empezar a ver posibilidades partiendo de que la realidad es positiva. Y esto no como un pensamiento mágico, una ilusión o autoengaño, sino mirando las posibilidades que ofrece la realidad, y que tenemos que descubrir y seguir para ver si son una solución.

Se trata entonces de partir no del problema sino de las posibilidades que se pueden dar en la realidad, y eso ayuda para tener más energía y creatividad al enfrentar los problemas. No es algo sencillo ni lineal, sino que es como una espiral que implica a veces desánimo, regresar al sentimiento de impotencia. Pero ya existe una luz para transitar en medio de la oscuridad, y bien sé que Dios es esa luz, que a veces no veo pero que cuando sí la veo trato de seguirla.

Esta esperanza, me doy cuenta ahora, no se mantiene por mi voluntad, bien sé cuan frágil es, sino que es Dios quien me la posibilita en medio de las necesidades compartidas con otros, particularmente con amigos que han aprendido a mirar la realidad con una positividad a prueba de toda circunstancia, de todo virus.