México. Abrazar a nuestro pueblo en su dolor
El comunicado de la CEM: sólo si estamos unidos y haciéndonos cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos globales y nacionales, buscando cumplir la voluntad de Dios.A todos los fieles y personas de buena voluntad que vivimos en México:
En medio de la pandemia, los obispos mexicanos abrazamos a nuestro pueblo en su dolor y lo alentamos en la esperanza. Sólo si estamos unidos y haciéndonos cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos globales y nacionales, buscando cumplir la voluntad de Dios, que quiere que todos sus hijos vivamos en comunión y a la altura de nuestra dignidad.
Con esta certeza de fe en el corazón, compartimos con sencillez, nuestra palabra profética y esperanzadora, ante la compleja realidad que nos toca vivir, y que trae consigo innumerables preguntas y profundos cambios, a los que es necesario responder y enfrentar, ante la disparidad y rapidez con la que está viviéndose esta pandemia (cfr. PGP 23).
1. Abrazamos a nuestros hermanos enfermos y vulnerables
Nos preocupan las condiciones de nuestros hermanos enfermos a causa del COVID-19 y de quienes padecen enfermedades crónico-degenerativas. A pesar de las medidas implementadas por las autoridades sanitarias en los distintos niveles de gobierno, la cifra de personas enfermas y fallecidas a lo largo y ancho del territorio nacional sigue en aumento.
Ante esta realidad, para tener conciencia clara del alcance de la pandemia y sus consecuencias, es necesario que las autoridades civiles realicen todo el esfuerzo posible para proporcionar, información sólida y transparente sobre la extensión del contagio y su evolución, así como del número de muertes que causa. Por lo que será oportuno que la aplicación de pruebas sea amplia, constante y expedita. El derecho a la información sobre el alcance real de la pandemia, en México como en todo el mundo, no puede ser limitado o restringido en modo alguno. La búsqueda de esta información, con todos los recursos disponibles, no sólo es un requerimiento técnico sino una obligación moral de quien tiene la responsabilidad de promover el bien común y dar certidumbre al pueblo cuando se encuentra desconcertado.
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