Foto: el Regio

México. La confrontación con el carisma

En torno a tres puntos de la Escuela de Comunidad: Crear huellas en la historia del mundo, Paty testimonia la potencia educativa que el carisma del Movimiento le ha donado a su vida.

1. «Nosotros tememos que crecer, madurar y actuar en el mundo conforme a la particular “Forma de enseñanza” con la que el Señor ha querido salirnos al encuentro» (p.120).

Cuando Cristo me salió al Encuentro y me llamó al Movimiento de Comunión y Liberación a través de María Rosa, fue por atracción y asombro. Yo quería vivir la vida como esta nueva amiga y maestra de Biblia, que había impactado mi vida, a tal grado que, en ese entonces, al terminar mi curso de 5 años, estaba entre dos opciones de labor y servicio, y tomé la decisión, confiando en su invitación, de participar en el Movimiento de Comunión y liberación. En ese momento, emprendí este nuevo camino, el cual agradezco inmensamente, pues hasta la fecha me ha educado y sigue educando de una manera integral y profunda, reconociendo en la realidad al Misterio y conociendo mi frágil humanidad tan necesitada. Así empecé una aventura de reconocer el Amor incondicional de Otro hacia mí y una autoconciencia que me ubicó en el lugar correcto como criatura. Siempre que “sigo” me quedo con un aprendizaje y crezco espiritualmente en el sentido de que, salgo de mí misma y en libertad me pongo en acción para los demás, o simplemente a escucho o acompaño… estar ahí donde Otro me llama para educarme; cuando no lo hago, me pierdo la oportunidad de encontrarLe.

2. «La esencia del carisma de Comunión y Liberación puede resumirse en el anuncio, lleno de entusiasmo y asombro, de que Dios se ha hecho hombre y que este Hombre, está presente en un signo de concordia, de comunidad de unidad del pueblo» (p. 122).

En este punto compartí mi experiencia de la Caritativa “Caminando con María”, en la que nos implicamos en primera persona mi esposo Salvador, yo y otros amigos de la comunidad, a través de pláticas a personas en zonas marginadas. Ahí compartimos y anunciamos el gran Amor que nos tiene Dios y el gran amor con el que le podemos corresponder nosotros. Resultó una gran aventura, cuánto aprendizaje nos han dado esas personas, que a pesar de su condición tan precaria, tenían una gran sed de conocer más a Cristo. Salvador y yo fuimos juntos (vayan de dos en dos) nos descubrimos diciéndoles muchas de las cosas que aprendemos aquí en CL y, las personas se sorprendían de esta nueva forma de ver la realidad, sobre todo en temas de caridad. Asistían muchas personas ,y casi no faltaban. ¿Qué había en nuestras palabras que les atraía tanto? ¿Por qué esta forma de ver la realidad les llamaba tanto la atención? Por varios años también fui a la Caritativa de Casa Sofía con varios amigos de la Comunidad, ahí aprendí que la ley de la vida es darse a los demás, así tal cual, con nada material, sino con nuestro tiempo, compañía y alegría en Cristo, escuchar y estar. El trabajo previo siempre me ubicaba en el sentido de a lo que hacer caritativa es y a verificar en mi experiencia, si estar con los ancianitos cumplía los deseos de mi corazón. Descubrí cuanto amor se puede dar así, solo con estar, escuchar y acompañar. Llegué a aprender que yo quién soy para saber lo que ellos necesitan. Sólo Cristo los puede completar y yo quería estar ahí para llevárselos.

3. «La confrontación con el carisma, tal como se nos ha dado, tiende a corregir la singularidad de nuestra visión, de nuestra traducción personal, es un corregir y suscitar continuo» (p.123).

También ha sido parte de mi camino en CL, la confrontación con el Carisma, en ciertas etapas de mi vida que han sido difíciles y dramáticas (como la muerte de un ser querido o la enfermedad) que han sacado de mí miedo, incertidumbre y mi fragilidad. Gracias a esta compañía, a personas concretas y tangibles, con rostros y apellidos, sé que es Cristo, (que fue con Él que empezó todo) y que, como lumbrera, me sale de nuevo al encuentro, una vez más, a través de la compañía, y me da el sentido y la fuerza para estar de pie frente a mi realidad. Lo sé porque yo no me lo doy, no me lo invento, la verdad, lo real, lo que es, me viene de Otro, viene fuera de mí. Cristo, a través de estos amigos. Me asombra y conmueve cómo soy rescatada en mi humanidad, y me hace renacer con una nueva conciencia para estar de pie frente a mis circunstancias, con una mirada verdadera y agradecida a “Otro” que, de no haberla tenido, me hubieran derrumbado.

En este tiempo de pandemia mi sed de “Otro” está viva, el confinamiento me ha permitido tener una relación más profunda con el Misterio a través de la misa diaria, el Rosario, la oración, la Escuela de Comunidad… todo esto da un sentido y valor a lo cotidiano que de otra forma estaría yo cansada y fastidiada. “El” está, nada es muy pequeño o muy grande, la realidad que me toca vivir es un continuo “descubrirLe” y descubrirme en mi frágil humanidad, pero rescatada… antes me hubiera quejado, ahora trato de crecer a través de la paciencia, confianza en Otro, respeto en el proceso de cada persona y el valor de lo efímero de lo cotidiano entre otras. Ahora trato de aprender de las contrariedades o de lo que no me gusta. También aprendo a tenerme paciencia a mí misma, porque me sé amada y sostenida.

Paty, Monterrey