México. Decir sí a la vida de todos. Comunicado de la CEM ante la pandemia
Los Obispos mexicanos deseamos de manera breve, exponer las consideraciones bioéticas más elementales que es preciso custodiar por parte de todos, en momentos de desconcierto a causa de la pandemia COVID-19A toda la Iglesia que peregrina en México, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, los saludamos con esperanza y los encomendamos al Señor.
La Iglesia católica ciertamente está comprometida con la promoción y defensa de la vida y de la dignidad de toda persona por razones que provienen de la fe en Jesucristo, que ha venido para que tengamos vida, y vida en abundancia (cf. Jn. 10,10). Sin embargo, desde hace siglos, nuestra fe exige que la razón argumente con todo rigor en materia antropológica y ética, en orden a mostrar a toda persona los motivos que en el orden natural existen para optar por el bien y la verdad objetivos.
Con esto presente, y buscando contribuir a la reflexión en una sociedad plural como la nuestra, que necesita a toda costa reconocer la igual dignidad de todas las personas y evitar acciones discriminatorias e inhumanas, los Obispos mexicanos deseamos de manera breve, exponer las consideraciones bioéticas más elementales que es preciso custodiar por parte de todos, en momentos de desconcierto a causa de la pandemia COVID-19.
1. Es una obligación moral conocer y atender con información suficiente el grado de contagio que existe para así tomar las acciones preventivas pertinentes de manera oportuna. Por ello, como lo han mostrado experiencias de otros países que han logrado superar estas primeras etapas de la pandemia, es preciso realizar pruebas de detección, no sólo en pacientes sintomáticos, sino también de manera constante en algunas personas que sin presentar síntomas, puedan eventualmente portar el virus. Omitir realizar el diagnóstico más profundo posible sobre la expansión de la epidemia no sólo es un error estratégico sino de orden moral: la transparencia en materia de información que afecte gravemente el bien común exige proceder de esta manera.
2. El personal sanitario tiene el pleno derecho de contar con la protección requerida para realizar su riesgoso trabajo en las condiciones más seguras posibles. Exigir al personal sanitario atender a personas contagiadas o con posible contagio sin dotarlas de todo el material necesario para su protección no es éticamente justificable. A nadie se le puede obligar a arriesgar su salud y eventualmente la vida sin la prudente protección. Así mismo, la atención de la salud mental del personal sanitario, es tan importante como su salud física, por lo que habrá que ofrecerles ayuda profesional en el momento que lo requieran.
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